
Este aspecto que demuestra el mal uso que se hace del servicio de recogida de poda por parte de algunos usuarios no particulares, es visible no solo en la plaza de la Ermita, en todos los puntos de recogida se produce el mismo efecto.
Algunos profesionales de la jardinería en la factura que extienden al cliente le cargan el coste del vertedero de poda, y posteriormente para ahorrarse ese dinero, la depositan en los puntos de recogida para particulares, la consecuencia a la vista esta.
El pasado año y como consecuencia de que los contenedores de poda comportan un coste elevado para la carga que llevan, ya que es un producto voluminoso, se pensó en la compra de una trituradora que permitiría un mayor aprovechamiento de esos contenedores. Hoy la regidora de Medio Ambiente entiende que tiene otras prioridades y que no es necesario tal gasto, lo entiendo pero no lo comparto, en Creixell tienen la trituradora y les va muy bien.