Es la historia de siempre, algunos propietarios de perros continúan dejando un rastro por donde sacan a pasear a sus mascotas, y no es culpa de los cánidos, es el incivismo de sus propietarios la causa de que en algunas de nuestras calles se complemente el mobiliario urbano con deposiciones caninas de toda clase de tamaños convirtiéndose en una aventura el poder transitarlas.
Creo que puede ser más fácil enseñar al can a que limpie sus deposiciones, a que el dueño adquiera el civismo necesario para convivir en sociedad.
Teatres i teatrets
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L’entrevista a l’actor, director i dramaturg Joan Maria Vidal, que podeu
llegir a la pàgina 4 d’aquest trentè número del Torredembarra Actualitat,
la va...
Hace 1 año